La importancia de todas las especies

Con la preservación de las especies se obtienen muchos beneficios directos. Uno de lo más obvio es el del avance médico. Los productos químicos encontrados en ciertas especies vegetales han ayudado grandemente a mejorar la tecnología médica y el tratamiento. El extracto de las hojas de una pervinca oriunda de Madagascar contiene dos alcaloides, vincristina y vinblastina, que han sido usados en el tratamiento de la enfermedad de Hodgkin, leucemia, cáncer y otras enfermedades del tipo canceroso (incluyendo cáncer de seno y aquellos que se presentan en niños muy jóvenes). Si la planta de pervinca se hubiera extinguido antes de haber descubierto sus propiedades medicinales, toda la humanidad hubiera sufrido una gran pérdida, en especial todas aquellas personas con leucemia, enfermedad de Hodgkin, pacientes de cáncer, y sus familiares y amigos.

Flor de la pervinca Vinca major
Flor de la pervinca grande
(Foto de Kurt Stueber / Wikipedia)

Las plantas también ayudan a que los humanos luchen contra los desordenes circulatorios y del corazón. Para controlar la alta presión sanguínea se usa, con frecuencia, un alcaloide llamado reserpina que se encuentra en la Rauwolfia, una planta relacionada con la pervinca.

Uno de los ejemplos más famoso de medicina vegetal ha sido el descubrimiento en 1928 por Sir Alexander Fleming de las propiedades del moho Penicillium notatum, lo cual dió inicio a la industria de los antibióticos. La penicilina hizo que fuera menos probable que hubiera daños permanentes a consecuencias de las heridas y de las operaciones quirúrgicas durante la Segunda Guerra Mundial. Los antibióticos son usados para tratar, más eficientemente, enfermedades como la peste bubónica, tuberculosis, tifus epidémico, fiebre tifoidea, escarlatina, difteria, neumonía bacteriana, sífilis y gonorrea. A consecuencias de ello, las tasas de mortalidad han declinado dramáticamente, mientras que aumentaba el crecimiento poblacional en los países más pobres. La ironía en todo esto es que la explosión poblacional iniciada por los antibióticos ha causado la pérdida de hábitat para muchos organismos lo cual, a su vez, limita el acceso a nuevos antibióticos y otros productos vegetales útiles.

Lamentablemente, los experimentos detallados con especies vegetales apenas han comenzado. De acuerdo al conservacionista Norman Myers, apenas el 2% de las plantas con flores han sido alguna vez evaluadas. La dificultad en descubrir rápidamente nuevas medicinas se debe a la alta variabilidad en localización de los productos químicos en cada subespecie. Si un determinado alcaloide útil se encuentra en las semillas de una subespecie vegetal, en otra subespecies pudiera estar localizado en las hojas. Si los humanos no quieren perder el potencial del mundo vegetal, la variabilidad dentro de cada especie debe ser preservada.

Los animales también proveen numerosos beneficios medicinales. Ciertos animales marinos producen sustancias químicas con un gran potencial como agentes contra el cáncer. Ya se han extraído antibióticos de esponjas marinas. También tienen gran potencial para la creación de drogas contra el cáncer las anémonas de mar, gusanos segmentados, ostras, cohombros de mar, tiburones, mantarrayas y muchos otros. Otras especies poseen sustancias que pudieran ser medicinas antivirales y antibacterianas, anticoagulantes, contraceptivos y para el control de úlceras y de la hipertensión. Un producto químico, la citarabina, obtenido de una esponja se usa para tratar la leucemia y las infecciones de herpes. El veneno de una víbora malaya, que tiene una sustancia llamado ancrodo, es un anticoagulante que se usa para prevenir la formación de coágulos de sangre que pueden determinar ataques cardíacos. El veneno de las abejas puede aliviar la artritis.

Elefantes asiáticos
Elefantes asiáticos
(Foto de Alevi123 en Wikipedia Inglesa)

Tampoco debemos olvidar la utilidad de ratas, ratones, monos Rhesus y chimpancés en la investigación y experimentación de medicinas para humanos. Estas criaturas son usadas en grandes cantidades para ayudar a comprender la salud humana y las enfermedades a través de la prueba de numerosas posibles toxinas y agentes causantes de cáncer. Otros animales, como los elefantes, están siendo estudiados bajo ‘stress’ para tener ideas de las causas de enfermedades del corazón en humanos. Para investigar como funcionan los nervios humanos, se usan calamares. Los armadillos se usan en el estudio de la lepra. Y muchos otros animales como mosca de las frutas, ratones, conejillos de Indias, avispas, salamandras, erizos de mar, mariposas, se usan para estudiar genética, embriología y desarrollo humano, permitiendo de una forma indirecta luchar contra defectos congénitos, mongolismo, la enfermedad de Tay-Sachs, anemia falciforme, y otros. Otros animales (y plantas) son usados por sensibilidad a contaminantes: los líquenes son muy buenos indicadores en cuanto a ésto, y las serpientes también tienen un potencial considerable en la detección de contaminación ambiental.

Para las especies en peligro que son útiles económicamente existen otras alternativas; es posible encontrar otros organismos que no se encuentre en peligro de extinción. Por ejemplo, anteriormente se usaban los chimpancés para probar vacunas contra la hepatitis B; sin embargo, se encontró que la ardilla terrestre de Beechey, abundante en el Oeste de Estados Unidos, era susceptible a un virus muy similar y se ha convertido en una excelente especie para experimentar con la vacuna. Para otros animales experimentales, la reproducción en cautiverio pudiera ser de utilidad para así conservar los animales silvestres.

También en la provisión de alimentos para los humanos son útiles los animales y plantas en peligro. Todas las plantas y animales domesticos que usamos hoy en día como alimento descienden de especies salvajes. Piense que hubiera pasado si esas especies salvajes hubieran sido eliminadas!

En la actualidad el número de niños mal nutridos es de casi 170 millones, teniendo en cuenta sólo a los que tienen menos de cinco años de edad. La solución histórica era expandir la agricultura y limpiar más bosques para desarrollar campos de alimentos básicos. Sin embargo, las especies que viven en estas áreas naturales que desaparecen pueden tener un gran potencial para convertirse en nuevos cultivos. La mayoría de las personas mal alimentadas viven en los trópicos, y el trigo no crece bien en sus climas cálidos y húmedos. Un grupo de plantas tropicales del género Amaranthus (vea más informaciones) es una gran promesa para llegar a ser un cultivo básico ya que sus semillas tienen un alto contenido de proteinas de alta calidad; sus hojas también son ricas en proteínas y se asemejan a la espinaca.

En todas partes existen plantas sin explotar que tienen un asombroso valor potencial pero no ha habido desarrollo de estos cultivos; si ellos pudieran desarrollarse y diseminarse, muchos de los problemas de falta de alimentos desparecerían. Aparenta que la situación alimenticia humana es extremadamente vulnerable debido a que es muy dependiente de una gama reducida de cultivos, y la ampliación de esa gama está limitada por la extinción de muchas plantas. Pero no solamente eso; también cultivos comunes como el trigo y el maíz se ven amenazados debido a la reducción de la diversidad genética.

Sería beneficioso salvar poblaciones dentro de especies para así preservar la variabilidad genética. Ciertos cultivos son susceptibles a enfermedades y son protegidos a través del control de plagas y por sus propias resistencias; sin embargo, más o menos cada cinco años, los hongos se adaptan y amenazan de nuevo por lo que hay necesidad de desarrollar nuevos cultivos resistentes. Esto se hace combinando tipos genéticos que resisten a dichas enfermedades; todo este proceso depende de que esten disponibles los tipos genéticos para combinarlos. Pero estos tipos están desapareciendo rápidamente debido a que los agricultores con frecuencia solamente siembran una variedad de un cultivo debido a su alta productividad. Esta es una práctica peligrosa debido a que disminuye el acervo genético. Solamente con una alta variabilidad genética los agricultores podrán enfrentar la gran variedad de enfermedades de los cultivos, a través del desarrollo de razas más resistentes.

Los humanos obtenemos las proteínas de apenas nueve especies de animales domesticos – vacunos, cerdos, cabras, ovejas, búfalo acuático, gallinos, patos, gansos y pavos. Esto es apenas la punta del iceberg. La acuicultura [domesticación y explotación de animales marinos y de agua dulce] tiene un potencial enorme que apenas es notado. En otras áreas, se ha reconocido que la domesticación de animales africanos de pastoreo pudieran producir altas producciones de carne sin causar tantos problemas ambientales como el ganado vacuno que actualmente se cría allá.

Otros organismos producen productos valiosos, algo que con frecuencia no nos damos cuenta. Muchos árboles tropicales pueden tener propiedades todavía no descubiertos. En el futuro, las clases deseables de madera pudieran cambiar al cambiar la tecnología y el desarrollo científico. Una fuente principal de energía en el futuro pudiera ser la biomasa, sembrándose plantas para ser quemadas en plantas energéticas o convertidas en otros combustibles. Entre los productos que los árboles y otras plantas pueden suministrar se encuentran los siguientes:

Caucho
Fibras
Lociones
Cosméticos
Preservativos
Trementina
Resinas aromáticas
Materiales para empacar
Techumbre de paja
Agentes curtientes
Insecticidas
Ceras
Kapok (lana vegetal)
Aislantes
Sebos
Incienso
Escobas
Esteras
Colorantes
Perfumes
Gomas
Ablandadores de carne
Impermeabilizantes
Sustitutos del jabón
Fertilizantes
Canastos
Rattan

Además, muchas plantas producen aceites que se usan para cocinar, como laxantes, mezclados con pinturas y barnices, y como lubricantes. Otros productos industriales contienen ingredientes de plantas, y se usan para hacer sustancias como plásticos, lacas, películas, y explosivos. Las plantas son las fuentes de especias, hierbas, sabores, café, té, bebidas alcohólicas y no alcohólicas, aromas, detergentes, shampoos, y desodorantes. También los animales proveen numerosos materiales y productos, tales como shellac, almizcle, lana, goma, seda, cuero, aceite, cuernos, marfil, plumón (que quizás sea el mejor aislante y el más ligero) y, desde luego, alimentos.

Así que cuando los humanos consideremos el problema de extinción, debemos examinar cuidadosamente cuales son los costos de oportunidad conocidos – la diferencia en las ventajas ganadas con el proceso de exterminio y los beneficios ganados con la conservación. ¿Superan los beneficios inmediatos a los futuros? ¿Qué potencial destruiremos si actuamos ahora sin pensar? Cualquiera que sea la respuesta, es evidente que la humanidad tiene mucho que ganar con la preservación de los organismos en peligro, y mucho que perder si desaparecen: si desaparecen no podemos volver atrás. Recordemos que en peligro significa que todavía hay tiempo, pero que extinción significa PARA SIEMPRE.

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