Las Plantas: Flores y Polen
Muchas plantas dependen de los insectos u otros animales para polinizar sus flores. Las flores son de colores brillantes y conspicuas para poder atraer a los animales polinizadores. Por lo tanto, las plantas que dependen del viento en lugar de animales para dispersar su polen usualmente tienen flores más pequeñas, menos elaboradas.Las flores tanto de las regiones templadas como de las regiones tropicales muestan una sorprendente variedad de colores, formas y tamaños, todo diseñado para ser tan atractivas como sea posible para los polinizadores.
Las flores que son polinizados por insectos usualmente tiene colores brillantes y son olorosas, dos características que avisan a los polinizadores sobre su presencia. Los insectos no están interesados en transportar el polen de una planta a otra, pero ellos son atraidos por el néctar que se encuentran dentro de las flores. Mientras se alimentan del néctar, el polen pegajoso se adhiere al cuerpo de los insectos, los cuales también depositan granos de polen de otras flores. Este servicio de polinización es tan importante para las plantas que gastan un gran cantidad de energía para producir buenas cantidades del dulce néctar, el cual no es útil para ellas y sirve únicamente para atraer los insectos.
Los polinizadores más comunes son las abejas. Algunas abejas viven en colonias y son polinizadores particularmente eficientes debido a que cuando una abeja encuentra una fuente de alimento, ella puede comunicar su localización al resto de las abejas en la colmena. Otras abejas no son coloniales. También las avispas son polinizadores importantes, lo mismo que las mariposas, polillas y moscas. Aún algunos escarabajos son importantes portadores de polen. La polinización una de las formas más exitosas de interdependencia entre dos grupos de organismos tan diferentes como los insectos y las plantas. El éxito y la diversidad de las plantas que florecen se debe en parte a los insectos, que son polinizadores mucho más eficientes que el viento. La enorme variedad de formas y colores en las flores es el resultado de la competencia entre las especies por llamar la atención de los polinizadores.
En la mayoría de las flores, los pétalos se presentan siguiendo un patrón que ayuda a que los insectos encuentren la manera de llegar al centro de la flor donde se encuentra el polen y el néctar. Los pétalos de otras flores parecen ser de colores simples, lo cual no ayudaría mucho a una abeja confundida. Pero los patrones están ahí; sólo que son invisibles para los humanos. Además de ver los colores regulares, las abejas también pueden detectar las ondas ultravioletas. Estos pétalos uniformemente coloreados tienen patrones que solamente son visibles bajo luz ultravioleta, y donde vemos una flor de color simple, las abejas ven una variedad de colores. Por ejemplo, ciertos girasoles que nos parecen completamente amarillos tienen patrones ultravioletas visibles a las abejas.
Aunque la mayoría de los insectos se alimentan de muchas clases de flores, hay ciertos especialistas en ambos grupos. Algunos insectos se han adaptado para alimentarse eficientemente de solamente una clase de flor, y algunas plantas han desarrollado estructuras florales que promueven la polinización sólo por una clase de insecto.
Por ejemplo, las flores abiertas, erectas son favorecidas por las mariposas, mientras que las flores bajas, pendientes, por las abejas. El néctar que se encuentran en la base de una flor larga con forma de trompeta es más accesible a las mariposas que a las abejas, de lengüetas cortas. Sin embargo, algunas abejas de lengüetas cortas han aprendido a obtener este néctar: ellas cortan pequeños agujeros en la base de la flor y así pueden beber directamente el néctar en lugar de procurarlo a través de la flor. Pero ésto no es ventaja para la planta, ya que el néctar es consumido sin movimiento del polen. El trébol rojo (Trifolium pratense – Fabaceae) es polinizado principalmente por grandes abejorros, mientras que las flores más pequeñas del trébol blanco (Trifolium repens – Fabaceae) atraen abejas de miel, cuyas lengüetas son demasiado cortas para alcanzar el néctar dentro de las flores del trébol rojo.Las flores tienen colores brillantes para atraer insectos, pero los colores que ven los insectos son diferentes a los que vemos.
La mayoría de las especies de árboles son polinizadas por el viento, y sus inconspicuas flores se localizan bien alto en el dosel. Con frecuencia, ellas ni siquiera lucen como flores ya que forman largas estructuras pendientes llamadas “amentos“. Las plantas que presentan polinización por el viento tienen flores masculinas y femeninas separadas, asegurando así que el polen se traslade entre más diferentes flores lo que resulta una mayor diversidad genética en las semillas.
Los hábitats abiertos y los extremos de los árboles que se encuentran altos en el dosel forestal son los mejores lugares para las flores que son polinizados por el viento, ya que el viento no sopla lo suficientemente fuerte en las localizaciones inferiores, más protegidas, para la distribución del polen. Las flores de los árboles con frecuencia abren antes que sus hojas, para asegurar que sus amentos tengan la máxima exposición al viento.
Todas las coníferas tienen dos clases de conos: los conos de semilla (femeninos) y los conos de polen (masculinos). Los conos de semilla son mucho más comunes de ver y proveen semillas, que es una importante fuente de alimentos para ardillas y aves. Los conos de polen son mucho más pequeños, y se secan en la primavera tan pronto como liberan su polen. Todos estos conos liberan tanto polen que frecuentemente puede observarse como una nube amarilla o como una capa en la superficie de las lagunas. Estas nubes están compuestas por millones de microscópicos granos de polen, y es posible determinar la especie de planta de donde proviene el grano de polen.
Ya que cada especie de planta produce su polen característico y los granos de polen forman “microfósiles” que persisten por millones de años, el polen es importante para estudiar la vegetación prehistórica. Estudiando muestras antiguas de polen, es posible descubrir las localizaciones de antiguas cubiertas forestales y que plantas eran más abundantes en lugares y momentos diferentes. Esta información sobre la vegetación prehistórica puede, entonces, ayudar a determinar como han variado en el tiempo los climas regionales.
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