Vida en el Bosque – los Peces
¿Peces en un bosque? Bueno, no precisamente en el bosque — no es usual, de todas maneras — sino en los ríos y arroyos que atraviesan los bosques. Los ríos, lagunas y ciénagas son todos partes integrales de los bosques naturales, y con frecuencia hay una relación compleja entre los animales en el agua y los animales en los árboles.
Las áreas alrededor de los arroyos y lagunas en bosques se llaman zonas ribereñas y abarcan la fuente de agua más los humedales o bosque húmedo en el área circundante. Estos lugares tienen una gran diversidad de hábitats y alojan a muchos animales y plantas. Los peces viven en las aguas más abiertas, los anfibios ponen sus huevos en las aguas poco profundas, y la variedad de insectos que viven cerca del agua atrae a reptiles y aves que se alimentan de ellos.
El salmón es uno de los peces que más comúnmente se encuentra en los arroyos en bosques en ciertas áreas. Cada año, la población de salmones maduros migra desde el océano hacia los ríos en las zonas templadas del Hemisferio Norte. Aquí ellos ponen sus huevos cuando encuentran una localidad apropiada con agua clara y libre de sedimentos y piedras del tamaño adecuado en el lecho del río. La calidad del agua de los arroyos, y del hábitat del salmón, está ligada a la salud del bosque. Las raíces de los árboles impiden que los bancos del río se erosionen, evitándo así que el agua acumule sedimentos. Los árboles caídos que ocasionalmente quedan atascados en los arroyos hacen que el hábitat sea más diverso al crear charcos que son ideales para los insectos y las plantas acuáticas: alimentos para los peces.
Los mismos peces se convierten en alimento para toda clase de animales del bosque. Se sabe bien que, especialmente los osos, intentan cazar el salmón que nada aguas arriba para poner sus huevos. La puesta de huevos es la última parte del ciclo de vida del salmón, y pronto luego de poner los huevos ellos mueren naturalmente. A medida que sus cuerpos son arrastrados aguas abajo, ellos se convierten en alimentos para muchas otras especies, incluyendo aves como las águilas y los cuervos.
En el bosque lluvioso del Amazonas, los peces no permanecen en los ríos. O, más bien, los ríos no permanecen en los ríos. Durante las enormes crecidas estacionales, los ríos se salen de sus cauces e inundan algunas áreas del bosque con una profundidad de 10 metros de agua.
En un momento dado, hasta 100,000 kilómetros cuadrados de la cuenca del Amazonas puede estar inundado. Los nutrientes en los sedimentos del río son transportados hacia el bosque. Igualmente sucede con los peces, que nadan entren los árboles, alimentándose de frutos, semillas, hojas, flores e insectos, de los cuales ellos súbitamente pueden disponer durante la crecida.
Unas 200 especies de peces amazónicos se alimentan de frutos y semillas, mucho más que en cualquier otro bosque. Se sabe que incluso las pirañas se alimentan de semillas.
El bosque inundado es una fuente tan rica de alimentos que muchas especies de peces comen fuertemente durante las crecidas y forman unas reservas de grasa que les puede durar entre ciclos de crecidas estacionales. A veces ellos no tienen que esperar mucho tiempo–en algunas áreas del Amazonas, el bosque permanece inundado hasta diez meses cada año.
Muchas frutas y nueces en el Amazonas flotan en la superficie del agua, lo que permite que los peces los localicen fácilmente y los ingieran a medida que ellos nadan entre los árboles. De hecho, los peces son importantes factores de dispersión de semillas en el bosque inundado.
Algunas semillas de palmeras están dentro de conchas tan duras y gruesas que la mayoría de los animales no las pueden partir. Algunos peces, como como la cachama, tambaquí o pacú negro (Colossoma macropomum), han desarrollado unos grandes dientes, parecidos a molares, que son especializaciones para triturar las nueces de las palmas y otras semillas duras.
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