Alexander von Humboldt (1769-1859)
Federico Guillermo Enrique Alejandro de Humboldt nació en Berlín (Alemania) el 14 de septiembre de 1769 en el seno de una familia de la nobleza prusiana.
Alejandro, al igual que su también famoso hermano Guillermo, recibió una educación esmerada y dirigida por profesores privados muy notables. Durante su adolescencia recibe clases de Filosofía, Física, Idiomas, Grabado y Dibujo. Para complacer los deseos de su madre, estudió también Administración. Poco más tarde tiene como guía al naturalista Blumenbach y estudia Botánica con Willdenow. En esa misma época conoce a Jorge Foster, quien le transmite las ideas liberales de su tiempo.
En 1793, Humboldt es designado Superintendente de Minas, después de haber estudiado durante dos años en la Academia de Minería de Freiberg. En ese mismo año publica su primer trabajo sobre Flora subterránea. En 1795, colecciona plantas en los Alpes y un año más tarde se retira de la Administración prusiana, al heredar de su madre una fortuna.
Durante el año de 1797 estudia Astronomía con von Zach y Kohler y viaja hacia Francia, deseoso de emplear su herencia en viajes de investigación y publicaciones. En París, conoce a los notables científicos Cuvier, Laplace, Berthollet y Delambre. También hace amistad con un joven y talentoso botánico y cirujano francés: Aimé Bonpland, con quien se asocia en sus planes de viaje.
Humboldt y Bonpland, después de ver frustrados varios proyectos, deciden viajar a España en marzo de 1799, con el objeto de pedir permiso al Rey Carlos IV para viajar a las colonias españolas en América. La Corte de Aranjuez le concede a Humboldt un amplio pasaporte y, el 5 de junio de 1799, zarpa del puerto La Coruña (España) la corbeta “Pizarro”, llevando a los posteriormente famosos naturalistas.
La travesía por el Atlántico se prolongó durante 40 días, incluyendo una escala en las Islas Canarias, que aprovecharon los viajeros para realizar una excursión al Pico del Teide y efectuar otros estudios locales.
Rumbo a Venezuela
La primera etapa del viaje tenía como destino la Isla de Cuba, pero una epidemia a bordo obliga al Capitán de la nave a dirigirse a Cumaná, puerto más cercano en la Tierra Firme, adonde llegan el 16 de julio de 1799.
Fascinados por las bellezas de las costas de Venezuela, deciden adentrarse en el país y casi dos meses después de permanecer en Cumaná y sus alrededores, el 4 de septiembre de 1799, se internan en el Valle de Cumanacoa y llegan a la antigua misión de San Fernando. Pernoctan allí y atraviesan luego las faldas del Turimiquire, hasta llegar al Valle de Caripe.
Tuvieron que luchar contra una naturaleza hostil e hicieron el viaje por el Macizo Oriental en mulas o a pie en condiciones laboriosas, si se toma en cuenta que tenían que colectar y estudiar plantas, animales, rocas y otras muestras, además de transportar pesados y delicados instrumentos de medición.
En Caripe (Estado Monagas), se hospedan en un convento de frailes aragoneses durante una semana y el 28 de septiembre de 1799, exploran la famosa Cueva del Guácharo en 472 metros de profundidad, convirtiéndose así Humboldt en el precurso de la Espeleología científica de América Latina. También para la Ornitología, Humboldt aporta allí una valiosa contribución, al descubrir un nuevo género y especie de ave: Steatornis caripensis, popularmente llamada “Guácharo”. Humboldt hizo excelentes dibujos de este animal al salir de la gruta, utilizando dos guácharos que había matado Bonpland.
Siguieron por la ruta de Santa María hacia el Golfo de Cariaco. En Cariaco, se embarcaron de nuevo hacia Cumaná, ciudad que abandonaron el 18 de noviembre de 1799 con destino a Caracas, donde permanecieron alrededor de dos meses y el 2 de enero de 1800 efectuaron la primera excursión científica a la Silla de Caracas. En esa ocasión los acompañó un joven más tarde notable: Andrés Bello.
El 7 de febrero de 1800 se internan por los Valles de Aragua. Visitaron Valencia y Puerto Cabello, regresaron luego a Villa de Cura, para recorrer los Llanos de Calabozo. El 27 de marzo de 1800 llegan a San Fernando de Apure y el 1ro. de abril entran en la confluencia del Apure con el Orinoco. Humboldt realizó experimentos sobre las descargas eléctricas producidas por los peces tembladores de los ríos de los llanos venezolanos, los cuales fueron de gran utilidad para el conocimiento de la Electrofisiología.
La historia del Casiquiare se remonta al año de 1599, cuando Sir Walter Raleigh, famoso caballero y corsario al servicio de la Reina Isabel I de Inglaterra, hizo publicar por cartógrafos holandeses, un célebre mapa en donde se ilustraban sus hazañas en Guayana. En ese mapa no aparece el Casiquiare, sino una cadena de montañas y un gran lago llamado Parima, ubicado entre los ríos Orinoco y Amazonas. En 1744, el sacerdote jesuita Manuel Román hizo una incursión por el Río Negro y el Casiquiare, pero después otros negaron la existencia de ese brazo fluvial.
Uno de los objetivos más importantes del viaje de Humboldt, según él, era el tratar de verificar científicamente, si existía o no una comunicación natural entre las hoyas hidrográficas de los ríos Orinoco y Amazonas. La existencia del Casiquiare, ese gran brazo de agua de más de 300 kilómetros de curso, había sido afirmada o negada durante muchos años y Humboldt quería comprobar cuál era la verdad científica al respecto.
Los viajeros remontaron, durante todo el mes de abril de 1800, el curso medio del Orinoco y llegaron el 7 de mayo a San Carlos de Río Negro, el punto más austral del viaje por Venezuela. Durante tres días estuvieron en la aldea de San Carlos de Río Negro, región próxima al ecuador terrestre, y una de las más interesantes del Mundo desde el punto de vista climatológico, porque allí convergen los vientos alisios y se forman las llamadas “calmas ecuatoriales” o “zona de convergencia intertropical”, que origina gran inestabilidad atmosférica y marcada nubosidad y pluviosidad. Humboldt, sin contar con los recursos modernos de la Climatología, hizo importantes observaciones sobre la masa de aire ecuatorial y aportó valiosos datos para el conocimiento de la misma.
De San Carlos de Río Negro siguieron hacia la desembocadura del Casiquiare el 10 de mayo de 1800 y navegaron por el mismo durante once días, hasta entrar nuevamente en el cauce del Orinoco, demostrando así la comunicación entre las cuencas de los ríos Orinoco y Amazonas.
Humboldt contribuyó al desarrollo de la Cartografía moderna al levantar mapas físicos de algunas de las regiones visitadas de América. En el mapa del Casiquare, por ejemplo, incluye las formaciones vegetales, las fechas de su itinerario y los puntos en donde hizo observaciones astronómicas. Fue el primero en trazar las “líneas isotermas” que actualmente se utilizan en los mapas climáticos y que indican las temperaturas en todos los lugares, en un momento dado.
Durante todo el viaje por el Nuevo Continente, Bonpland y Humboldt recolectaron numerosas plantas y estudiaron más de un millar de especies. Humboldt también se interesó mucho en la distribución geográfica y altitudinal de las plantas (Fitogeografía), levantando perfiles de mapas sobre la distribución de diversas asociaciones vegetales. En sus viajes descubrió un principio ecológico importante, qe es el de la relación que hay entre la latitud y la altitud, al describir que subir una montaña en el trópico es análogo a viajar desde el Ecuador hacia el norte o hacia el sur, en términos de clima y vegetación.
Ellos fueron menos afortunados en la recolección de especímenes zoológicos. Muchos de los ejemplares no pudieron ser colectados o preservados y algunos envíos que hicieron a Europa se extraviaron. Afortunadamente, sus amplias descripciones y excelentes dibujos de campo, permitieron publicar con validez algunas especies nueva, como el “Mono chucuto” (Cacajao melanocephala) del Casiquiare y el pájaro “Guácharo” (Steatornis caripensis) del Valle de Caripe.
De regreso por el Orinoco, llegan a Angostura (hoy Ciudad Bolivar) y se dirigen por tierra hacia Píritu y Barcelona. De allí se trasladan por tercera vez a Cumaná.
Las observaciones de Humboldt sobre la sismicidad de Cumaná y sus posibles relaciones con la actividad volcánica en algunas islas de las Antillas, son de escaso valor científico para la Seismología y Vulcanología actual. En cambio, sus estudios sobre un eclipse de sol en Cumaná y otras observaciones astronómicas son de gran importancia.
Huella de Humboldt por América
El 24 de noviembre de 1800, Humboldt y Bonpland abandonan definitivamente Venezuela con destino a Cuba. Después de estudiar esa isla durante dos meses, aproximadamente, siguen rumbo al puerto de Cartagena de Indias (Colombia). El recorrido por Colombia se prolongó durante un año, con valiosos resultados. En ese país conocieron a los sabios Mutis y Caldas.
El viaje por Suramérica llegó hasta Ecuador y Perú. En el Ecuador exploraron varios volcanes, entre ellos el famoso Chimborazo, que en esa época se creía que era el más alto del planeta. Los estudios de Humboldt en Perú sobre el desarrollo de las culturas indígenas y la influencia hispana son de gran valor para la Antropología Cultural.
La Oceanografía Física también se ha visto enriquecida con las observaciones y mediciones que hizo Humboldt sobre las aguas del Océano Pacífico, descubriendo la corriente marina que, posteriormente, fue bautizada con su nombre (Corriente de Humboldt).
El 15 de febrero de 1803, se dirigen por mar hacia Acapulco, México, país que visitaron hasta el 7 de marzo de 1804. En México, Humboldt desplegó una gran actividad y sus principales estudios allí se refieren a la Geopolítica, Antropología General, Cartografía, etc.
Al abandonar México, vuelven brevemente a Cuba y, en abril de 1804, viajan hacia los Estados Unidos donde pasan 3 semanas. Allí se encuentran con el Presidente Tomás Jefferson. Luego siguieron su viaje hacia Europa, llegando a Burdeos (Francia) el 3 de agosto de 1804.
Humboldt se residenció en París durante poco más de veinte años y allí conoció en 1804 al joven Simón Bolívar, con quien lo unió una gran amistad, que mantuvo hasta la muerte del Libertador. En 1805 comienza a escribir su obra dedicada a México. A partir de 1807 y hasta 1834 va apareciendo, en treinta volúmenes, su grandiosa obra relativa al viaje por América. Finalmente su fortuna desapareción a consecuencias de sus viajes y el financiamiento de sus publicaciones.
En 1827 regresa a Berlín donde el Rey de Prusia lo nombra su consejero. Dicta importantes conferencias, que agrupaban a un público de los más diversos estratos intelectuales, sociales y económicos. Estas conferencias llegaron a ser tan populares que, cada vez, había que buscar salones mayores debido a la cantidad de asistentes.
El Zar de Rusia lo invita a visitar su país y, en 1829, a los 60 años de edad, emprende un nuevo gran viaje, atravesando toda Rusia, por Siberia, hasta la frontera con China, durante casi un año. Este viaje le sirvió a Humboldt para cotejar los aspectos geográficos en dos continentes. Una de sus recomendaciones fue que se establecieran estaciones meteorológicas en todo el país, las cuales fueron establecidas en 1835. Los datos obtenidos en estas estaciones permitieron que Humboldt desarrollara el “principio de continentalidad”, que las regiones interiores de los continentes tienen climas más extremos debido a la ausencia de la influencia moderadora del océano.
Gran divulgador de la Ciencia
A su regreso de Rusia cumple varias misiones diplomáticas por encargo del Rey de Prusia, y desde 1834 comienza a aparecer su gran obra final: “COSMOS“, en cinco volúmenes, el último de los cuales fue publicado a partir de 1860, después de su muerte. “Cosmos” o la “Idea General de una descripción física del Universo” representa una síntesis filosófica de todos los conocimientos de su tiempo.
Humboldt era una fuente inagotable de sabiduría y adquiría sus conocimientos con extraordinaria rapide, todo ello facilitado por el dominio que tenía de varios idiomas, incluyendo algo de español. Trabajó arduamente por la Ciencia durante 70 años y empleó su fortuna personal en sus viajes, publicaciones, y en alyudar a otros científicos jóvenes y de escasos recursos.
El pensamiento de Alejandro de Humboldt también profundizó en los problemas sociales. Fue un abierto enemigo de la esclavitud y combatió toda forma de opresión y discriminación. Bolívar solía decir de Humboldt: “Descubridor científico del Nuevo Mundo cuyo estudio ha dado a América algo mejor que todos los Conquistadores juntos”.
El 6 de mayo de 1859 se apagó esta vida extraordinaria y sus restos fueron sepultados en el panteón de Tegel, al fondo de un hermoso bosque.
En el año 2019, la República Dominicana se unió al grupo de países que han honrado a Humboldt la emisión de un sello postal.