Aimé Bonpland (1773-1858)

Aimé Jacques Alexandre Goujaud Bonpland, famoso botánico y médico francés que acompañó a Humboldt en su viaje por América, nació en el pueblo de Saint-Maurice, cerca del puerto de La Rochelle (Francia) el 28 de agosto de 1773. Era hijo de Simon-Jacques Goujaud-Bonpland, un distinguido médico y cirujano jefe en el hospital de La Rochelle, y su esposa Marguerite-Olive de la Coste.

Bonpland realizó sus primeros estudios en una escuela local y entonces, junto a su hermano Michel Simon, fue enviado a París a estudiar medicina. Al tiempo que estudia medicina, Bonpland desarrolló un fuerte interés en la historia natural, llegando a conocer a algunos de los principales científicos del período. En botánica, fue influenciado por las enseñanzas de A.-L. de Jussieu y R. L. Desfontaines.

Bonpland estuvo en París de 1791 a 1794, cuando fue llamado al servicio militar por la República Francesa. Sirvió como cirujano naval en el puerto de Toulon y completó su período de servicio en 1795, regresando a París ese mismo año, graduándose de cirujano de tercera un año más tarde.

Mientras estudiaba medicina, Bonpland no descuidó su interés en la historia natural; en este momento de su vida, no estaba seguro de su futura carrera, pero no hay dudas de que los estudios botánicos les eran más importantes que la medicina. También desarrolló un interés por los viajes y las exploraciones.

Viaje al Nuevo Mundo

Bonpland conoció a Alejandro de Humboldt en el Hotel Boston de París en 1798 e intercambiaron ideas sobre un gran viaje de investigación que planificaba Humboldt. Después viajaron juntos por el interior de Francia y España.

Los jóvenes naturalistas se embarcan en el puerto La Coruña (España) el 5 de junio de 1799 con destino al continente americano y llegan a las costas de Cumaná el 16 de julio de 1799. Deseosos de enriquecer el conocimiento de las Ciencias Naturales, se internaron dentro de Venezuela hacia el Orinoco, siguiendo las huellas de Pedro Loefling, primer especialista en Botánica que estudió la flora de Venezuela. Loefling, de origen sueco, era discípilo de su compatriota Carlos Linneo, célebre naturalista y padre de la nomeclatura sistemática en Botánica y Zoología.

Había transcurrido casi medio siglo de la visita de Loefling a Venezuela cuando Humboldt y Bonpland inciaron su extenso recorrido por Venezuela, recolectando y estudiando numerosas plantas, animales y otras muestras.

Bonpland durante el viaje por las colonias españolas en América se ocupó principalmente de la recolección y diseño de figuras de numerosos géneros y 6,000 especies de plantas tropicales acompañadas de sus descripciones y propiedades. También se dedicó el notable botánico a la captura y preservación de insectos, que fueron estudiados por el famoso entomólogo francés Latreille y publicados en la Colección de Observaciones de Zoología y Anatomía Comparada (1811).

Para complementar las brillantes observaciones de Humboldt, Aimé Bonpland llevó, durante los cinco años que duró todo el viaje, un diario de Botánica con más de cuatro mil descripciones sistemáticas de plantas equinocciales y diversas observaciones sobre vegetales insuficientemente descritos. Humboldt contribuyó en todas estas tareas en menor proporción. Durante el extenso recorrido, que otorgó gran fama a ambos hombres de ciencia, Bonpland reunió un herbario de 60,000 plantas -del cual la décima parte correspondía a especies descubiertas por él- que entregó al Jardín de Plantas de París.

En París

A su regreso de América, Bonpland se residencia en París para preparar, junto con su infatigable amigo Humboldt, la publicación de los resultados científicos del periplo por el Nuevo Continente.

Humboldt y Bonpland eran recibidos en los grandes salones de París con admiración y, en una de esas recepciones, conocieron en 1805 al joven Simón Bolívar, con quien los unió desde entonces una inquebrantable amistad.

Desafortunadamente, numerosos problemas ajenos a la Ciencia no permitieron una participación más efectiva de Bonpland en la redacción y publicación de los resultados botánicos del viaje americano y, por ello, Humboldt tuvo que recurrir a la colaboración de los notables botánicos C. Willdenow y C. S. Kunth para completar la extensa obra.

En 1808, la Emperatriz Josefina Bonaparte lo nombra Intendente de la Malmaison, famosa residencia de campo rodeada de numerosas plantas exóticas. Bonpland permaneció al servicio de la Malmaison hasta 1814, fecha en la que murió la emperatriz. Fue entonces cuando Bonpland decidió volver a América, aceptando el ofrecimiento de Simón Bolívar para radicarse en Venezuela. Finalmente se decidió por Buenos Aires después de que Bernardino Rivadavia, Sarratea y Belgrano lo invitaran cuando lo conocieron en Londres, en 1814.

De nuevo hacia América

Bonpland se embarcó el 23 de noviembre de 1816 y llegó a Buenos Aires el 29 de enero de 1817, acompañado por su esposa, dos jardineros, libros, gran cantidad de semillas y dos mil plantas (medicinales, frutales, hortalizas). Se propuso fundar el Jardín Botánico con la ambición de echar las bases definitivas del Museo de Historia Nacional, pero la situación creada por las necesidades de la guerra de la Independencia demoraron la concreción de la iniciativa. Mientras estuvo en Buenos Aires ejerció su profesión de médico y colaboró con periódicos locales en cuestiones vinculadas con las ciencia naturales. En 1818 solicitó y obtuvo el cargo de Profesor de Historia Natural de las Provincias Unidas y emprendió diversas expediciones por el interior del país y también por la isla Martín García, volviendo siempre con mamíferos, peces, plantas, reptiles, fósiles y flores. En 1821 fue nombrado catedrático de materia médica del Instituto Médico Militar, aunque nunca ejerció la cátedra.

Dado que las circunstancias políticas de aquel momento no permitían realizar el Jardín Botánico y el Museo que él proyectaba, decidió hacer un viaje al Paraguay y a la hoy provincia de Misiones, viaje que inició a fines de 1820 estableciendo su cuartel general en Corrientes. Desde allí emprendió excursiones, no sólo con fines científicos, sino también con el propósito de fundar una colonia agrícola para la explotación de la yerba mate, ya que en 1821 había propuesto a Ramírez, caudillo entrerriano, la explotación metódica de los yerbatales misioneros y éste le prestó su apoyo.

Interesado en el cultivo comercial de la yerba mate, desarrolló una próspera plantación y empleó también su tiempo en recolectar plantas, insectos, conchas y otros especímenes de interés científico.

No sospechaba el destacado naturalista que sus actividades nobles y pacíficas despertarían recelo en el “Dictador Supremo” Doctor José Gaspar Rodríguez Francia, que gobernaba en forma paranoide al vecino Paraguay.

En la noche del 8 de diciembre de 1821, las tropas del Dictador penetraron en el territorio en litigio con Argentina, destruyeron el establecimiento agrícola del sabio Bonpland y dieron muerte a humildes habitantes e hirieron y secuestraron a Bonpland. Posteriormente fue confinado, por orden del Dr. Francia, en la aldea de Santa María de Fe. El secuestro de Bonpland se prolongó durante diez años. No obstante, se le permitió dedicarse a labores agropecuarias. También se utilizaron sus servicios médicos y humanitarios.

Los nobles y geniales amigos de Bonpland, El Libertador Simón Bolívar y el sabio Humboldt, interpusieron toda su influencia para rescatar su libertad. Bolívar escribió el 23 de octubre de 1823 una famosa carta desde Lima al Dictador del Paraguay pidiéndole la libertad de Bonpland. Entre otras cosas decía: “Desde los primeros años de mi juventud tuve la hora de cultivar la amistad del Sr. Bonpland y del Señor Barón de Humboldt, cuyo saber ha hecho más bien a la América que todos sus Conquistadores“.

La libertad de Bonpland estuvo planteada desde 1829, pero se hizo efectiva dos años después, el 8 de febrero de 1831. Luego se dirigió a San Borja, en Brasil, y se establece allí en medio de la soledad y la pobreza.

Durante varios años, Bonpland estuvo olvidado en Europa y muchos pensaban que había muerto. Sin embargo, Humboldt y otros sabían de su existencia y fue honrado tanto en Francia como en Alemania al cumplir 80 años. En 1853, se inició la revista Bonplandia, y fue condecorado por el Rey de prusia en 1854.

En Francia se gestionaba el regreso de Bonpland a su patria, pero éste sólo manifestó deseos de visitar Europa para depositar sus colecciones, adquirir libros y regresar a su retiro, ahora voluntario, en Suramérica. En esos términos escribió su última carta a Humboldt.

Aimé Bonpland murió a los 85 años de edad el 10 de mayo de 1858 en su establecimiento rural de Santa Ana (localidad conocida actualmente como Bonpland) consecuente con sus principales virtudes: sabiduría, humildad y bondad. Inmediatamente su hija lo transporta a Paso de los Libres (conocido entonces como Restauración), en la provincia Corrientes (Argentina), donde fue enterrado.