Impacto de la disminución
Mucha gente conoce sobre la situación apurada de algunos animales raros como los elefantes, los pandas, los tigres, las ballenas y los gorilas de montaña. Sin embargo, estos mamíferos grandes, al atraer la atención hacia ellos, no permiten que se preste la necesaria atención a muchas otras especies en peligro tales como plantas, gusanos, escarabajos y hongos. Es importante darse cuenta que también estos organismos son vitales para sus ecosistemas individuales, y que su extinción afectaría las vidas de muchos otros seres vivos, incluyendo humanos.
La supervivencia de los ecosistemas (comunidades de plantas y animales y sus ambientes físicos) tales como bosques, arrecifes de coral o humedales, depende de su biodiversidad, o variedad de plantas, animales y hábitats, lo mismo que de las muchas interacciones entre estas especies. La eliminación o desaparición de especies puede dañar irreversiblemente al ecosistema y ponerlo en una situación de degradación.
Por ejemplo, los ‘bosques’ submarinos de kelp del Pacífico Norte son de los hábitats marinos más ricos – son el hogar o lugar de apareamiento de muchas especies de peces y otros animales. Cuando disminuyó, por la cacería indiscriminada durante el siglo 19 y principios del 20, la población de la nutria marina en la costa occidental de Canadá y Estados Unidos, algunos invertebrados como el erizo de mar quedaron sin su principal predador. La población de erizo de mar aumentó dramáticamente y rápidamente consumió al ‘kelp’ y otras algas, convirtiendo al ecosistema en un desierto estéril bajo el mar. Los esfuerzos de conservación en la segunda mitad del siglo 20 permitieron la protección y la reintroducción de la nutria marina en estos ecosistemas y los bosques de ‘kelp’ ha mejorado desde entonces.
La pérdida de biodiversidad es irreversible, y tiene un serio impacto sobre la capacidad de supervivencia de las restantes especies, incluyendo a los humanos. Los humanos dependemos de la diversidad de especies y de ecosistemas saludables que provean de alimentos, aire y agua puros, y suelo fértil para la agricultura. Además, nos beneficiamos de gran manera de las numerosas medicinas y otros productos que provee la biodiversidad.
Aproximadamente el 40 por ciento de nuestras medicinas farmacéuticas modernas derivan de plantas o animales. La perivinca, una pequeña planta de Madagascar, produce sustancias que son efectivas en la lucha contra dos tipos de cáncer, la enfermedad de Hodgkin y la leucemia. A pesar de su importancia, el hábitat boscoso de la perivinca está desapareciendo rápidamente para abastecer de leña y tierra de cultivo a la gente empobrecida de Madagascar, y la mayoría de las especies endémicas (especies que no viven en ninguna otra parte) de allí están en peligro.
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