La Atmósfera III

Autores: Carmen Orozco Barrenetxea y Antonio Pérez Serrano

Acciones positivas para evitar la contaminación

¿Qué podemos hacer?

Nuestro papel es múltiple pues, por un lado, somos ciudadanos capaces de plantear exigencias a la Administración, y por otro, somos generadores directos de contaminación y consumidores de bienes o servicios, por lo que deberemos desarrollar una actitud personal favorable al medio ambiente en todos estos campos.

En lo que respecta a nuestro comportamiento frente a la Administración debemos exigir medidas de política medioambiental encaminadas a lograr el desarrollo de una sociedad con un modo de vida cada vez más respetuoso con la naturaleza; así mismo es importante ejercer el derecho a la libertad de acceso a la información sobre medio ambiente y el derecho a intervenir en la evaluación del impacto ambiental de los grandes proyectos y a la comprobación del comportamiento de las grandes empresas (públicas y privadas) mediante el acceso a los inventarios de emisiones, vertidos y residuos y auditorías medioambientales.

En cuanto a nuestro comportamiento como consumidores, debemos tender a potenciar el consumo de artículos y servicios en cuya fabricación o generación se empleen técnicas respetuosas con el medio ambiente: es una manera muy eficaz de obligar a las empresas a incorporar en su producción tecnologías limpias.

Por último, en el campo de la actividad cotidiana, debemos tender a una menor generación de contaminantes, reduciendo y racionalizando:

  • El consumo de energía y potenciando el empleo de energías limpias, hay muchas acciones individuales que pueden implicar una reducción del consumo energético: aislar las viviendas, no despilfarrar la luz, utilizar bombillas de bajo consumo, controlar el empleo de acondicionadores de aire y calefacciones,
  • El uso de transportes con motores de combustión, en este sentido las opciones son múltiples: menor uso del vehículo, empleo de transporte público, transportes no contaminantes,
  • El consumo de envases no reciclables, potenciando además la recogida selectiva de residuos y el reciclado de todo tipo de artículos, el consumo energético es menor al fabricar muchos productos como el papel, metales, etc a partir de los correspondientes materiales reciclados.
  • El consumo en general, asumiendo la falsedad de la igualdad “calidad de vida = cantidad de consumo“. Es necesario que incorporemos a nuestro pensamiento y código de comportamiento conceptos como el desarrollo sostenible; parámetros de medida de bienestar distintos de indicadores meramente económicos, que comprendamos que el mundo es único y que, no por tener el privilegio de habitar en una zona con un grado mayor o menor de desarrollo, tenemos derecho a despilfarrar recursos y materiales.

Todo ello nos llevará a reducir el consumo y a modificar nuestros parámetros de elección, prefiriendo artículos y servicios producidos por medio de técnicas respetuosas con el medio ambiente, con lo que disminuirá la cantidad de energía empleada y las empresas se verán obligadas a adoptar tecnologías limpias.

Podríamos terminar insistiendo en que nada de lo que hagamos es indiferente respecto al medio ambiente. Es preciso analizar nuestro comportamiento, nuestras costumbres, reflexionar acerca de ellas y potenciarlas si son respetuosas con el medio, por el contrario, tratar de cambiarlas si constituyen un atentado -aunque sea pequeño- respecto al mismo, es decir, podríamos hacernos una “auditoría medioambiental personal“.


Problema de contaminación a escala local

Los habitantes, la naturaleza y el patrimonio que constituye una ciudad sufre, además de los tres grandes problemas de contaminación atmosférica mencionados, la acción de otros muchos contaminantes que habitualmente se emiten a la atmósfera al desarrollar actividades que resultan habituales en nuestro modo de vida. Sería de interés comentarlos, aunque sea brevemente, pues son sustancias que, cada vez con más frecuencia, figuran en las informaciones que, de manera habitual, se dan a conocer en las ciudades, mediante prensa, paneles anunciadores, para que sus habitantes tengan conocimiento de la calidad del aire que respiran.

  • Monóxido de carbono (CO), producido por combustión incompleta de materiales carbonados. Altamente tóxico para el ser humano y animales en general.
  • Dióxido de azufre (SO2), lo hemos mencionado al hablar de la lluvia ácida; además de ser una de sus causas, es un gas irritante que ocasiona efectos nocivos sobre la salud humana, materiales y plantas. Su efecto se acentúa en presencia de ciertas partículas.
  • Hidrocarburos o Compuestos Orgánicos Volátiles, emitidos como consecuencia de la combustión incompleta de combustibles líquidos (transporte), incineración de residuos y procesos industriales. Poseen una toxicidad variable y están implicados en la formación de la neblina de contaminación (“smog fotoquímico o seco” de las grandes ciudades). Este smog es una mezcla muy compleja de compuestos de alto poder de oxidación que originan efectos muy nocivos sobre los seres vivos y algunos materiales.
  • Oxidos de nitrógeno (NO y NO2), generados en los procesos de combustión. Tienen una toxicidad media, pero contribuyen también al smog fotoquímico y al fenómeno de lluvia ácida ya mencionado.
  • Ozono, se refiere al generado en las capas bajas de la atmósfera y que forma parte de las neblinas de contaminación ya citadas. Es irritante y tóxico para el ser humano, también afecta de manera importante a materiales poliméricos al ser un fuerte oxidante.
  • Partículas, son especies sólidas o líquidas en suspensión en el aire; su origen es muy diverso, originan efectos dañinos según tamaño y naturaleza, tanto sobre las personas y seres vivos, como sobre los materiales (por ejemplo, el plomo procedente de las gasolinas).

Bibliografía

  • El Clima. AA.VV. (1991) Libros de Investigación y Ciencia. Ed. Prensa Científica. Barcelona.
  • El Efecto Invernadero. Mundo Científico, nº 126. Julio – Agosto 1992.
  • El Efecto Invernadero. El desastre de mañana, hoy. Jon Erickson. (1992) Serie MacGraw-Hill de Divulgación Científica. Ed. MacGraw-Hill. Madrid.
  • Glosario de Contaminación del Aire. (Textos y Documentos) Secretaría General de Medio Ambiente. MOPT. Madrid, (1987)
  • La Capa de Ozono. La Tierra en Peligro. Marshall Fischer. (1995). MacGraw-Hill de Divulgación Científica. Ed. MacGraw-Hill. Madrid.
  • La Contaminación Atmosférica. Dereck Elsom. (1990). Ed. Cátedra. Madrid.
  • Química Atmosférica. Origen y Efectos de la Contaminación. Xabier Doménech. (1995). Miragüano Ediciones. Madrid.

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