TERCER ENCUENTRO INTERNACIONAL EN PATAGONIA PARA EL DESARROLLO SUSTENTABLE
Declaración de Comodoro Rivadavia
(Comodoro Rivadavia, Provincia de Chubut, Argentina, 2-4 de noviembre de 2000)
Convocados por CTERA [Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina] y ATECH [Asociación de Trabajadores de la Educación del Chubut] nos encontramos en Comodoro Rivadavia, los días 2, 3 y 4 de Noviembre de 2000, hombres y mujeres, diversos actores sociales, representantes de diversas historias con esperanzadas búsquedas.
La fortaleza vital que nos convoca es la de advertir el rumbo sin sentido de un modelo en la fase agónica de su crisis, un modelo reflejado en la crisis ambiental, sustentado en una racionalidad economisista que multiplica las pobrezas, promueve inequidades, exclusiones y destruye los equilibrios ecológicos, la Biodiversidad, aniquilando también la diversidad cultural, atentando contra la vida.
La crisis ambiental es la manifestación final de un proyecto sociohistórico que se subordina a la lógica de mercado y la razón tecnológica, expresándose incuestionablemente como una racionalidad totalitaria: Así, la diversidad cultural y la biodiversidad natural, tanto como la propia especie humana han sido desterritorializadas, negadas y devastadas por la globalización homogeneizante de un mundo sin sentido ético ni respeto por los sujetos e identidades culturales.
Esta visión fragmentaria y arrasadora del mundo, como una marca indeleble de la racionalidad económica dominante, fundada por la multiplicidad de exclusiones y pobrezas, y un futuro insustentable, adquieren en la Patagonia la dimensión de una muerte anunciada. Patagonia escenifica la racionalidad única en el desmantelamiento de la producción petrolífera totalmente privatizada, depredación de sus recursos naturales, en la mutilación de los bosques, en las llagas amargas de la desertificación, la exclusión sistemática y creciente de los habitantes y su dignidad de la vida y del patrimonio común de la cultura.
Este Encuentro Internacional en Patagonia se ha convertido en una encrucijada para que entre hombres y mujeres provenientes desde diversos confines territoriales y múltiples organizaciones y nacimientos raciales, emerja, como una bisagra maestra para articular y profundizar alianzas, consolidar compromisos de acción y lanzarse decididamente hacia el futuro con el objeto de reapropiarnos del mundo a partir de estrategias enriquecidas por la confluencia de una nueva racionalidad ambiental, del diálogo respetuoso e incluyente de todos los saberes, con el sentido de construir lo inédito fundado en valores éticos, identidades solidarias y procesos educativos que puedan y deban reconectarse con experiencias emancipatorias en la escala personal, social, planetaria.
Estamos convencidos que la sociedad civil debe jugar un papel histórico e indelegable. Para ello debe lanzarse decididamente a reformar el pensamiento para construir las tramas complejas del desarrollo sustentable como estrategia fundante para la sobrevivencia de la humanidad y de construcción de un nuevo orden económico y cultural. Este proceso deberá propender al cambio de oportunidades en los sistemas productivos, la democratización del poder y del espacio.
Es clave en este proyecto la construcción de un sistema educativo que plasme las luchas históricas por la educación y la emancipación popular. Desde esta perspectiva adherimos a la declaración de Tessalonika cuando sostiene que la reorientación de la educación formal, no formal e informal hacia la sustentabilidad debe materializarse en todos los pa&ioacute;ses. El concepto de sustentabilidad abarca no solo el de ambiente sino la pobreza, la población, la salud, la seguridad alimentaria, la educación, los derechos humanos y la paz.
La sustentabilidad resulta un imperativo moral y ético, en el cual la diversidad cultural y el conocimiento tradicional deben ser respetados.
En este contexto declaramos, exigimos que rápidamente sean sancionadas leyes de Educación Ambiental para el Desarrollo Sustentable en la Provincia del Chubut, en la región patagónica y en la república argentina a partir de un debate que involucre al conjunto de los actores sociales.
En este sentido, la producción generada en el Tercer Encuentro Internacional en Patagonia para el desarrollo sustentable y el convenio entre CTERA y la Secretaría de Desarrollo Sustentable y Política Ambiental de la Nación como espacios inéditos y referenciales deben ser marcos sustanciales para materializar ese proyecto.
En esta misma línea, sostenido en el reclamo histórico y en la concreción de los sentidos de una justicia humillada, reclamamos un sistema de educación bilingüe, como proyecto educativo para los pueblos originales de la Patagonia y de todo el país. Este proyecto será inviable si, simultáneamente, no es respetado su cosmovisión cultural con respecto a la naturaleza, la vida y su propia historia. Los pueblos de la Patagonia están reconstruyendo sus identidades, sus valores, sus prácticas tradicionales frente al frenesí de la globalización económica. El derecho de la identidad debe complementarse con el derecho de territorio.
El Tercer Encuentro en Patagonia para el Desarrollo Sustentable convocado por ATECH CTERA y las múltiples organizaciones nacionales e internacionales que la auspician, deben transformarse en un hito de acción para la Patagonia y el país, para que pueda cristalizarse nuestra condición de una nueva ciudadanía política social, y ambientalmente sustentable en condiciones de canalizar el desafío que nos propone la agenda XXI.
Para ello necesitamos respuestas eficaces de cooperación, solidaridad y espíritu democrático que vincule las experiencias alternativas autogestionarias y de innovación e inventiva social educativa y productiva conectando singularmente al conjunto de los sujetos y las comunidades.
En materia de Energía y Políticas Energéticas es fundamental promover la producción de energías limpias que, como la eólica, puedan dar lugar a un proceso autónomo de investigación y desarrollo local. Esta estrategia debe estar sostenida en la reorientación del conjunto de organismos provinciales y patagónicos en el marco de propuestas subordinadas a otra concepción del conocimiento y estilos culturales de desarrollo que no sean las dominadas por el cientificismo y la razón utilitaria y depredadora. Las luchas patagónicas afirman el derecho a una Patagonia no nuclear.
Para lograr un Modelo Agrario deben promoverse las producciones alternativas mediante reales políticas orientadas a pequeños y medianos productores, con formas de financiamiento, subsidios y estrategias de ordenamiento territorial que surja de la participación democrática. Será necesario la constitución de un fondo de financiamiento de este proceso que requiere del recupero efectivo de las externalidades patagónicas. La filosofía de la solidaridad y del cooperativismo deben concentrarse, entre otros mecanismos, en el funcionamiento de audiencias públicas locales y regionales que además tengan efectos obligatorios y vinculantes.
Para el logro de esta transformación deberá revalorizarse la relación con el sistema educativo y el rol insustituible de las escuelas agrotécnicas contextuadas en la perspectiva de la sustentabilidad y la racionalidad ambiental.
El nuevo marco productivo que se propone estará vinculado a la complejidad ambiental de la región que se realizará en la articulación de la naturaleza, la tecnología, y la cultura y la confrontación con la razón utilitarista del discurso globalizador del mercado, que en pos de los equilibrios macroeconómicos, ha vulnerado los órdenes de la ética y la moral, de lo humano y de lo ambiental. La relación productiva no puede estar orientada por leyes mecanicistas absolutas que no tienen en cuenta la organización social y la capacidad creativa de la condición humana.
En materia de bosques se deben pensar en políticas y legislación específicas basadas en una planificación del territorio que incremente la interconexión de áreas naturales para la protección de los sistemas, que se cree una interconexión que abarque las áreas protegidas desde Neuquén, Parque Nacional Lanín, hasta el Parque Nacional Los Alerces en la Provincia del Chubut, como embrión de un santuario internacional de bosques nativos al sur del paralelo 40.
La preservación de la biodiversidad natural debe convertirse en un proyecto político de estado, sosteniendo entre otras definiciones, que los bosques no deben convertirse en mecanismos de canje para el desarrollo limpio.
Es necesario prohibir el ingreso de empresas internacionales con proyectos de producción que solo tratan de devastar, arrasar a nuestros bienes naturales.
Con respecto a las problemáticas urbanas, debemos rescatar de las ciudades de hoy, que se han convertido en islas del consumismo, y son como un archipiélago de riqueza rodeada por un mar de pobreza, especialmente de pobreza material y cultural, y rescatar a la gente que las habita con la finalidad de refundarlas en la esperanza de que es posible y agradable vivir en ellas.
Una ciudad sustentable dará a las personas la posibilidad de pensar su futuro y el de sus hijos, con espacio para la solidaridad y equidad. Se deberá propender a la sanción de planes urbanos ambientales que puedan recoger esta concepción del desarrollo urbano y del desarrollo territorial en general. El ordenamiento territorial emergente debe ser producto del proceso participativo y democrático de la sociedades para que el espacio sea la expresión histórica de toda la sociedad sin exclusiones. Las ciudades y los ciudadanos deberán recuperar el tiempo solidario y humano para vivir la ceremonia de la vida.
Es necesario definir un marco legal sobre la problemática de la pesca que preserva la biodiversidad del recurso. Prohibir el sistema de pesca depredatorio y controlar estrictamente a los buques internacionales que actúan impunemente en nuestro espacio soberano. Fomentar la pesca artesanal, constituir redes solidarias mediante la organización de la sociedad civil y promover un cambio cultural para el consumo de frutos de mar en nuestra dieta alimentaria.
La desertificación es el producto de la aplicación de la lógica de mercado, maximización cortoplacista de los beneficios y de un modelo socio productivo sostenido en la monoproducción. La lógica que ha provocado el presente de este proceso no puede dar respuesta al conflicto planteado. Solo un cambio profundo del paradigma productivo podrá afrontar este flagelo.
Sabemos que la desertificación es un proceso estrechamente vinculado a la pobreza, a la destrucción de la biodiversidad natural y al aniquilamiento de la diversidad cultural.
El nuevo proyecto deberá tener en cuenta esa multiplicidad de factores para repensar y reorientar los procesos productivos.
En el proceso de reconstrucción de las identidades, reapropiación de la naturaleza y el mundo para la construcción de una nueva racionalidad ambiental, dentro de las estrategias de la tolerancia y respeto por la otredad para un diferente y justo orden discursivo sobre el mundo y la esperanza, el rol de los jóvenes debe constituirse en una fuerza vital. La participación comprometida y creativa de los jóvenes en este tercer encuentro abre fundadas esperanzas de que los tiempos de cambio están cada vez más cercanos.
En legislacion ambiental solicitamos al gobierno nacional y particularmente al ministerio desarrollo social y medio ambiente que efectúe con la mayor brevedad la incorporación de los proyectos de leyes en estado parlamentario sobre hidrocarburos, infraestructura y en la normativa sobre bosques y forestación.
La función indelegable del estado de evaluador de los efectos de impacto ambiental es responsabilidad que debe ser ejecutada por el organismo nacional citado.
Deben plasmarse, con absoluta claridad, que no se pueden adoptar las decisiones políticas si previamente no se han realizado las evaluaciones de impacto socioambientales expuestas por medio de los organismos ambientales competentes.
El estado nacional, las provincias y los ámbitos científicos y académicos públicos deberán respetar y cumplir con el derecho – deber de brindar información ágil, directa y sin obstáculos de ninguna naturaleza, la información ambiental que la sociedad le requiere.
Se ratifica de manera absoluta la plena vigencia y consolidación del derecho de las provincias como titulares del dominio originario de sus recursos naturales. Los legisladores provinciales deben asumir su rol protagónico en este sentido, no pudiendo relegar sus facultades en los poderes ejecutivos en cuanto a su administración y disposición.
Los sueños están en marcha. El tercer encuentro ha expandido los horizontes. Quienes lo hemos protagonizado nos comprometemos a ser divulgadores de las narraciones que construimos conjuntamente. Seremos una red abierta y alerta ante los conflictos socioambientales. Debemos potenciar todas las luchas y constituirnos en los formadores de la nueva ética.
Los perfumes del futuro están con nosotros.