Importancia de los bosques: El Suelo
Los árboles son extemadamente importantes en la formación de los suelos. Sus raíces se entierran y fragmentan la roca madre formando partículas de suelo más pequeñas, y sus hojas cuando caen contribuyen a aumentar la riqueza en nutrientes del suelo. Las ramas de los árboles amortiguan las lluvias fuertes, y sus raíces proveen un estructura de apoyo; estos dos factores ayudan a evitar la erosión.
El tipo de suelo es un factor importante en la determinación de las clases de plantas que crecen en un área determinada. Las plantas usan elementos inorgánicos del suelo, tales como nitrógeno, potasio y fósforo, pero la comunidad de hongos, bacterias y otros organismos microscópicos que viven en el suelo también son vitales. Estos organismos vivos ayudan a la descomposición de plantas y animales muertos, incorporándolos así al suelo.
El suelo es afectado por el clima y las lluvias, la geología y la vegetación. La combinación de arena, limo, grava y arcilla le da texturas diferentes a suelos diferentes. Los suelos saludables, ricos en nutrientes, están constituidos por una mezcla de arena, limo y arcilla y son llamados suelos “francos”. Los colores de los suelos se deben a diferentes minerales.Muchas especies de hongos, algunos de los cuales producen cuerpos aéreos en ciertos momentos del año, viven en el suelo y ayudan a descomponer las hojas muertas.
Al final de cada estación de crecimiento en un bosque templado, más del 70% de la biomasa producida ese año cae al suelo. Esto incluye hojas, agujas, ramitas y otros materiales orgánicos. Entonces es descompuesta por los hongos, y los nutrientes regresan al suelo donde serán reusados por otras plantas, incluso árboles.
Las hojas caidas, y de hecho los árboles caidos completos, son el suelo de los bosques futuros. Esta materia orgánica es crucial debido a que contiene los nutrientes que eventualmente serán reincorporados en el suelo. También es importante en un estado parcialmente descompuesta ya que las hojas y maderas que se están pudriendo son capaces de almacenar humedad, como esponjas, y ayudan a que el suelo forestal retenga el agua de lluvia. Sin la materia orgánica de árboles y otras plantas del bosque, el suelo sería apenas rocas y arena.
En los bosques pluviales tropicales (‘rainforests’) se pueden encontrar, sorprendentemente, algunos de los suelos más pobles. Esto se debe a las lluvias torrenciales que caen regularmente en estas regiones. Las fuertes lluvias disuelven los nutrientes en el suelo, los cuales luego son arrastrados hacia los ríos y arroyos y son arrastrados por ellos. |
En los bosques de coníferas, la capa de hojarasca está formada por agujas (=hojas de las coníferas) secas, fuertes, y por ramidas caídas. Esta capa no se descompone fácilmente, y permanece en el suelo durante muchos años. Usualmente, pequeños fuegos queman estas agujas antes que ellas se descompongan. |
Con frecuencia, luego de que una parte del bosque es eliminada, se quema. Esto destruye los nutrientes en el suelo, lo mismo que la “capa de hojarasca” de hojas y ramas parcialmente descompuesta.
El suelo en los bosques templados deciduos es relativamente rico debido a que, cada otoño, los árboles se desprenden de las hojas que produjeron la primavera previa. Esta vasta cantidad de material orgánico contribuye a la “capa de hojarasca” de los suelos forestales. Las hojas caidas son una excelente fuente de alimento para los hongos y bacterias del suelo, los cuales ayudan a descomponer lentamente las hojas y, eventualmente, incorporar los nutrientes en el suelo donde los árboles pueden usarIos para generar nuevas hojas en estaciones futuras. El material que se encuentra en la parte superior de la capa de hojarasca es nuevo y reconocible pero, hacia el fondo, las hojas viejas están desmenuzadas y usualmente cubiertas por una capa de microorganismos. |
Comparado a otros tipos de suelo, los arenosos son relativamente “jóvenes”. El agua y el aire se mueven fácilmente entre los granos grandes de arena, por lo que este tipo de suelo retiene muy poca agua y es susceptible de secarse. Lo contrario sucede en los suelos arcillosos los cuales frecuentemente se presentan inundados debido a que las pequeñísimas partículas de arcilla están fuertemente empaquetadas, lo que hace difícil el movimiento del agua y del aire. Los suelos arcillosos pueden ser lo suficientemente densos para dificultar el crecimiento en ellos de las raíces.
Por medio de sus raíces, los árboles extraen agua desde el subsuelo. Un árbol grande puede liberar hacia el aire hasta más de 3 000 litros diarios de agua. Este vapor de agua se convierte en parte del microclima del área, el cual sería mucho más seco sin la humedad proveniente de los árboles.
Demasiado precipitación puede producir el “lavado” del suelo. Esto sucede cuando el agua arrastra la mayor parte de los minerales y otros nutrientes. El agua también puede contribuir a la acidez del suelo debido a que, cuando se mueve por el suelo, retira minerales y deja átomos de hidrógeno. Mientras más átomos de hidrógeno haya en el suelo, más ácido es el suelo. Sin embargo, esto solamente llega a ser un problema en lugares donde ocurren frecuentes lluvias fuertes y, en estos casos, las plantas se han adaptado a crecer en suelos pobres. El lavado de los suelos en estos lugares es natural. En la mayoría de todos los demás casos, el movimiento del agua por el suelo es muy beneficioso para los bosques.
Para información más detallada sobre el Suelo, visite la página de Ciencia del Suelo dentro de las Ciencias de la Tierra.
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