Importancia de los bosques: El agua
El agua dulce (no salada) es esencial para toda la vida sobre la Tierra, y los bosques son esenciales para el agua dulce. Los bosques filtran y limpian el agua, amortiguan las lluvias fuertes que de otra manera erosionarían los suelos, y mantienen en su lugar los bancos de los ríos. A su vez, el agua transporta nutrientes disueltos y los distribuye por todo el suelo del bosque. Los bosques actúan como “esponjas”, capaces de recoger y almacenar grandes cantidades del agua de lluvia. Los suelos forestales absorben cuatro veces más agua de lluvia que los suelos cubiertos por pastos, y 18 veces más que el suelo desnudo.
Con sus profundos sistemas de raíces, los árboles son capaces de extraer agua de zonas profundas del suelo. El agua se mueve por el árbol y se usa en la fotosíntesis, en el enfriamiento, y en otros procesos de crecimiento. Se evapora, como vapor de agua, desde las hojas. En este ciclo, los árboles son “fuentes de agua” vivientes que redistribuyen el líquido: la humedad, que se quedaría atrapada en forma subterránea si no fuera por los árboles, es liberada a través de sus hojas hacia el aire, donde luego se condensa formando nubes y cae de nuevo en forma de lluvia. Sin árboles que distribuyan esta agua, el clima en muchas regiones sería mucho más seco. Esta reserva subterránea y constante de agua es liberada lenta y gradualmente por los árboles, ayudando a evitar las inundaciones y sequías estacionales.
El dosel del bosque intercepta una gran parte de la precipitación que cae sobre él. De no ser así, esta lluvia y nieve caería directamente sobre el suelo, erosionándolos gradualmente. El bosque evita que suceda esta erosión. El agua que cae en el dosel del bosque luego cae suavemente al suelo con mucho menor fuerza que la lluvia directa.
Zonas ribereñas Las zonas ribereñas son los humedales en el bosque, o las áreas a los lados de arroyos, ríos y lagunas. El agua conecta el bosque, llevando nutrientes disueltos de un área a otra, lo mismo que transportando las semillas de las plantas aguas abajo y sirviendo como un corredor de migración para los animales. Estas áreas usualmente mantienen la mayor diversidad biológica del bosque. Vea más sobre estas zonas… |
La cubierta forestal alrededor de los ríos evita una excesiva erosión e inundaciones. En algunos casos, sin embargo, especialmente en las regiones tropicales, las inundaciones estacionales del bosque es un evento completamente normal y esencial. Estas inundaciones pueden ser enormes, extendiéndose por kilómetros a ambos lados de los cauces normales de los ríos. Ellas han ocurrido año tras año, por miles de años, y el bosque y los animales se han adaptado para sacar provecho de dichas inundaciones.
Pero en la mayoría de los casos, las inundaciones no ocurren siguiendo un modelo predecible. Las operaciones madereras en las cuencas altas pueden originar inundaciones debido a que, cuando se eliminan los árboles, las laderas de las montañas quedan expuestas al sol. Entonces, por ejemplo en regiones templadas, el deshielo primaveral ocurre más rápidamente, y el exceso de agua llena los arroyos demasiado rápidamente, y el resultado es una inundación.
En general, las lluvias son más fuertes en los alrededores del ecuador. Mientras más retirado del ecuador, más tiempo dura la estación seca. Ya que el agua es tan importante para mantener el dosel forestal de hojas verdes, las regiones con estaciones secas prolongadas tienden a presentar bosques deciduos (= bosques formados por árboles que se deshacen de sus hojas y crecen nuevas cada año.). En estos lugares, los árboles pierden sus hojas durante toda, o parte de, la estación seca. En los bosques templados, los árboles pierden sus hojas cuando empieza el clima frío, pero aún algunos bosques tropicales pueden ser deciduos, a veces perdiendo sus hojas solamente por unas pocas semanas, mientras haya poca agua, y las regeneran tan pronto como inicia la estación de lluvias.
El agua y el suelo húmedo transportan gradualmente los nutrientes hacia las partes bajas de la ladera. Sin embargo, si un bosque se encuentra fragmentado, por un camino o estructura, esta dispersión de nutrientes es interceptada. En lugar de distribuirse uniformemente por todo el suelo, el agua se acumula a la orilla del obstáculo o corre a lo largo de él, y pocos nutrientes de las partes altas llegan a los árboles localizados más abajo de la interrupción. Eventualmente el agua encontrará el camino para llegar a los fondos de los valles, donde se acumula en áreas ribereñas (= humedales y áreas alrededor de los ríos, lagunas y arroyos en un bosque.).
Además de transportar nutrientes, el agua también puede transportar productos tóxicos y materiales de desecho aguas abajo. El agua conecta el bosque, y cualquier cosa que contamine el agua contamina el bosque. Los altos arroyos alpinos pueden no tener peces, pero cientos de estas pequeñas corrientes de agua corren colinas abajo formando arroyos mayores, que luego entran en ríos mayores.
Los contaminantes que se encuentren en cualquiera de estas pequeñas corrientes llegarán a los ríos de los que son afluentes y dañaran, de esta manera, el hábitat de los peces. Los efectos de cualquier trastorno a lo largo de las corrientes localizadas en los bosques finalmente afectará a todos los hábitats encontrados entre su fuente y el océano.
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