Las Reservas de Biosfera


¿Qué es una Reserva de Biósfera?

Las Reservas de Biosfera son áreas de ecosistemas terrestres y costeros que buscan promover soluciones para reconciliar la conservación de la biodiversidad con su uso sostenible. Son reconocidas internacionalmente, propuestas por los gobiernos nacionales y permanecen bajo la jurisdicción soberana de los estados donde se encuentran localizadas. En cierta manera, funcionan como ‘laboratorios vivientes’ para el estudio y la demostración la gestión integrada de los terrenos, el agua y la biodiversidad.

Las Reservas de Biosfera deben cumplir con tres funciones básicas, que se complementan y se refuerzan mutuamente:

  1. Función de conservación – contribuir a la conservación de los paisajes, los ecosistemas, las especies y la variación genética;
  2. Función de desarrollo – favorecer un desarrollo económico y humano que sea sostenible socio-cultural y ecológicamente;
  3. Función logística – dar apoyo a la investigación, el monitoreo, la educación y el intercambio de informaciones relacionadas con asuntos locales, nacionales y mundiales de conservación y desarrollo.

Las Reservas de Biosfera no son el objeto de una convención internacional pero deben simplemente obedecer a unos criterios comunes que les permite cumplir apropiadamente sus tres funciones. Colectivamente, las Reservas de Biosfera forman una red mundial que favorece los intercambios de información, de experiencias y de personal.

Las Reservas de Biosfera están organizadas en tres zonas interrelacionadas, conocidas como el área central o núcleo, la zona de amortiguamiento (zona tampón) y la zona de transición y solamente el núcleo requiere de protección legal. Algunas Reservas de Biosfera incluyen zonas protegidas bajo otros sistemas (tales como parques naturales o reservas naturales), o se benefician de otro reconocimiento internacional (como en la Lista del Patrimonio Mundial o los sitios de humedales Ramsar).

Establecer una Reserva de Biosfera representa obviamente un verdadero desafío, el de establecer un mecanismo apropiado, por ejemplo un comité, para planificar y coordinar todas las actividades que sucederán en el lugar. Es esta dimensión humana la que hace que las Reservas de Biosfera sean especiales, ya que su gestión se convierte esencialmente en un “pacto” entre la comunidad local y la sociedad en general. La gestión debe ser abierta, evolutiva y adaptable. Tal enfoque requiere perseverancia, paciencia e imaginación. Pero permitirá que la comunidad local se encuentre en mejor posición para responder a las presiones políticas, económicas y sociales externas, las cuales afectarían los valores ecológicos y culturales de la región.

Las descripciones de los sitios están disponibles en el UNESCO-MAB Biosphere Reserve Directory. Hasta agosto de 2023, 134 países habían establecido 738 Reservas de Biósfera.